domingo, 10 de febrero de 2013

Examen de cuello






Los exámenes de la cabeza y de cuello deben complementarse siempre dada la frecuencia con la que algunas lesiones de cabeza cara o cavidad bucal afectan a los ganglios cervicale.

Se requiere partículas destreza para examinar el cuello, pues músculos  capas aponeuróticas y estructuras cartilaginosas u óseas enmascaran patológicos.

El examen del cuello empiezan con la inspección la cual se lleva a cabo desde el punto de vista estático (forma, tamaño y simetría) y dinámico (movimiento anteroposterior  y laterales).

La palpación puede ser: superficial (piel y tejido subcutáneo) y profunda (músculos, tráqueas, tiroides y ganglios linfáticos).

Inspección

Empiécese por examinar el cuello en busca de asimetría, hinchazón, pulsaciones, fistulas o limitación de movimientos. Si se extiende el cuello  sometiendo así a tensión el musculo esternocleidomastoideo, son fáciles de reconocer los límites de los triángulos  anterior y posterior.

Es importante identificar las siguientes estructuras: el musculo esternocleidomastoideo, el hueso hiodes con sus astas mayores, el cartílago tiroides, la tráquea, la clavícula y las pulsaciones del bulbo carotideo y tercera porción de la arteria subclavia.


Palpación

Debe efectuarse con la superficie palmar de las puntas de los dedos; utilícese un movimiento delicado de rotación para descubrir la superficie lisa y dura de un nódulo hipertrófico. La palpación firme y profunda comprimirá los ganglios contra los músculos, de manera que no podrá percibirse. Pálpese el triangulo anterior manteniendo a mano detrás del occipital para flexionar el cuello y producir el grado de relajación necesaria. La regio submentoniana se palpa con la cabeza menos flexionada. La cabeza del paciente vuelve a posición normal y se identifica la tráquea. Luego la cabeza se inclina y gira hacia un lado para poder palpar el triangulo posterior. Ahora se palpa la región subclavicular.











Puede percibirse, entonces la tercera porción de la arteria subclavia en el anulo formado por el borde posterior del esternocleidomastoide y la clavicula. Se palpa la parte posterior del cuello cuando el paciente mantiene la cabeza ligeramente extendida. El examinador ahora se coloca detrás del paciente y vuelve a palpar la parte anterior y los lados del cuello, en esta posición se pueden palpar bien la región subclavicular y las pulsaciones de la arteria subclavia.

Los ganglios linfáticos del cuello

Son estaciones que frenan y filtran enfermedades. Aquí se examinan adenopatías, volumen, consistencia, localización.
Las estaciones más importantes son:
  • ·        Pre y retroauricular
  • ·        Submandibular
  • ·        Cadena del esternocleidomastoideo
  • ·        Cadena yugodigastrica


Patologías congénitas

·        Quistes congénitos
·        Quiste tirogloso
·        Quiste branquiales
·        Higroma quístico

Tortícolis

Puede ser congénita o adquirida y es una limitación anormal del musculo esternocleidomastoideo, hay limitación de movimientos y produce torsión del cuello si es de larga duración se acompaña de asimetría facial.


Glandula tiroides

Se origina en la base de la lengua y desciende q su posición definitiva a la cara anteroinferior del cuello. Posee dos lóbulos derecho e izquierdo) y a veces y tercer lóbulo llamado itsmo. Es una glándula de secresion interna que utiliza el yodo para la producción de tetrayodotironina y triyodotiroxina.


Para producir la hormona tiroidea tiene que haber la hormona estimulante del tiroides.
·        La primera fuente de yodo es la sal yodada.
·        La hipertrofia de la glandula es por falta de yodo y el tratamiento es la extirpación.
El tiroides normal suele ser palpable, en personas delgadas, a cada lado de la tráquea, como masa firme y lisa que se eleva con los movimientos  de la deglución; en personas obesas o de cuello corto quizás no se percibas normal suele ser palpable, en personas delgadas, a cada lado. Cuando se observa aumento del volumen del tiroides, hay que determinar su forma, extensión, consistencia y vascularización. El examinador se coloca detrás del paciente y hace lo posible para identificar la tráquea en busca de un posible desplazamiento de la misma. Luego delinea el tiroides con los dedos y, cuando el paciente deglute, hace que la glándula se deslice entre los dedos para comparar los dos lados. . Las zonas nodulares resultan fáciles de descubrir. Para una valoración más completa de cada lóbulo, se desplaza el musculo esternocleidomastoideo con una mano y se lleva a cabo la palpación con la otra. Se buscaran específicamente las irregularidades y thrilles (estremecimiento catario)
Cuando se observa aumento del volumen del tiroides, hay que determinar su forma, extensión, consistencia y vascularización. El examinador se coloca detrás del paciente y hace lo posible para identificar la tráquea en busca de un posible desplazamiento de la misma. Luego delinea el tiroides con los dedos y, cuando el paciente deglute, hace que la glándula se deslice entre los dedos para comparar los dos lados. Las zonas nodulares resultan fáciles de descubrir. Para una valoración más completa de cada lóbulo, se desplaza el musculo esternocleidomastoideo con una mano y se lleva a cabo la palpación con la otra. Se buscaran específicamente las irregularidades y thrilles (estremecimiento catario). Si no puede percibirse el polo inferior, probablemente se aretrosternal. La percusión de la zona de macicez retrosterna puede confirmar fácilmente esta impresión.

Características de cáncer tiroideo
  •         Se puede iniciar como nódulo solitario
  •         Inicia pequeño
  •         Presenta metástasis a ganglios cervicales
  •         Esta adheridos a tejido subyacentes
  •         La glándula se presenta pétrea y dura
  •         Hay compresión del esófago y tráquea
  •         Paciente presenta ronquera
  •         Paciente presenta disnea
  •         Hay parálisis de las cuerdas vocales.
  •     Lesiones del tiroides


Bocio. Si el examen se efectúa en la forma descrita, resulta relativamente fácil descubrir la hinchazón quística difusa de un bocio coloide, el nódulo aislado duro de un adenoma solitario, la glándula nodular irregular de un bocio adenomatoso, y la hipertrofia vascular blanda de la enfermedad de Graves-Basedow clásica.



Hipertiroidismo.

 Los signos de hipertiroidismo pueden ser tan manifiestos que resulten evidentes o hallarse tan enmascarados que escapen a la atención de quienes no sean clínicos muy experimentados.
El signo de hipertiroidismo que puede descubrirse en la propia glándula es el aumento de vascularización. Son clásicos el thrill palpable y el soplo audible, pero solo existen en casos muy avanzados.

Los signos de hipertiroidismo no se limitan al examen local. También si la glándula es nodular, parece normal o esta hipertrofiada de manera difusa, hay que vigilar los signos oculares, el temblor, el calor, las masas húmedas, la piel fina con su dermografismo y el pulso saltón por presión diferencial amplia.

La exoftalmia es signo eventual. Generalmente bilateral, puede ser monolateral. Los diversos signos especiales asociados con el exoftalmos dependen de la posición anormal del globo acular; per se, no indican hipertiroidismo.
  • Signos oculares asociados con exoftalmos
  • Caída del parpado (signo de Von Graefe)
  • Falta de convergencia (signo de Moebius)
  • Retracción del parpado superior (signo de stellwag)
  • Falta de fruncimiento de la frente (signo de joffroy) 


Hipertiroidismo latente.

 El hipertiroidismo ligero puede simular enfermedad cardiaca, anemia, neurastenia o tuberculosis.
La historia clínica suele tener más valor diagnostico que el examen físico, pero siempre que un paciente con piel fina y manos húmedas y clientes se queje de fatiga, astenia o pérdida de peso, el examinador debe sospechar hipertiroidismo. En muchos casos hay que esperar la respuesta al tratamiento para establecer el diagnostico, ya que el metabolismo basal, captación de yodo reactivo y otros datos diagnósticos pueden dar resultados normales.

Toroiditis. Por examen físico pueden reconocerse cuatro tipos difirentes:
·        Tiroiditis aguda bacteriana
·        Tiroiditis subaguda
·        Bocio de riedel
·        Bocio de Hashimoto
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